miércoles, 13 de octubre de 2010

Relatoría del 2do taller del proyecto Los Huracanes en la Historia de México. Memoria y Catálogo


Por Xiomara Espinosa, Gabriela Barajas, Myriam De la Parra y Raymundo Padilla



Primer día
Durante el 2do taller del Proyecto Los Huracanes en la Historia de México. Memoria y Catálogo que se llevó a cabo los días 27, 28 y 29 de septiembre de 2010 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, la doctora Virginia García Acosta, Co-Responsable del Proyecto y Directora General del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), dio la bienvenida a todos los participantes, entre los que se encontraban investigadores y colaboradores de diferentes lugares de la República Mexicana como Colima, Yucatán, Cuernavaca y el DF.
El Co-Responsable del Proyecto, el maestro Raymundo Padilla Lozoya, hizo una breve semblanza del desarrollo del Proyecto, desde la primera reunión donde se imaginó y planeó la metodología, así como el registro oficial, firma de convenio de colaboración CIESAS-UdeC, la evaluación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), la creación del sitio de Internet http://huracanes.ciesas.edu.mx/, el primer taller de capacitación, entre muchas otras actividades y reuniones importantes para el desarrollo que actualmente se tiene.
Después de la bienvenida, las actividades del primer día del taller incluyeron la participación de la doctora meteoróloga Graciela Binimelis de Raga, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuya ponencia trató sobre los principales resultados del Proyecto “Tropical Cyclones: Current Characteristics and Potential Changes Under a Warmer Climate”, el cual dirige con financiamiento del Inter-American Institute for Global Change Research.
La doctora Binimelis explicó inicialmente las características físicas de los ciclones tropicales, luego habló de las dos costas ciclógenas de México y del contexto mundial de los ciclones tropicales, destacó los patrones de recurrencia y las fuentes de información para identificarlos. Mostró gráficamente las variaciones de los ciclones tropicales año con año tanto en el Océano Pacífico como en el Golfo de México. Y adelantó algunos avances de la investigación que desarrolla con su asistente de investigación, la licenciada Beatriz Bracamontes Ceballos, con quien indaga en los estados de Guerrero, Jalisco, Sinaloa y Baja California Sur en busca de fuentes históricas que evidencien huracanes presentes entre los años 1850 y 1950.
El mismo día 27, el maestro oceanólogo Fernando Oropeza Rosales, doctorante del CCA en Física de la Atmósfera, presentó una ponencia acerca de los resultados preliminares de su tesis titulada “Profundización rápida de Ciclones Tropicales en el Pacífico Nororiental Tropical: su relación con Vórtices Oceánicos”.
El maestro Oropeza explicó el concepto de profundización, las motivaciones que lo llevaron a realizar esa investigación, como los errores del pronóstico de intensidad que se cometen a la hora de anticipar la trayectoria de los ciclones, pues “el océano es más complejo que sólo las temperaturas superficiales”.
Oropeza Rosales mencionó que ha encontrado evidencia que da soporte a la premisa de que las estructuras sub-superficiales en el océano, principalmente los vórtices, juegan un papel importante en la modulación de los flujos entre la atmósfera y el océano durante el paso de un huracán y a su vez afectan los cambios en la intensidad del ciclón.
Durante las actividades del mismo día, el licenciado Israel Hinojosa, encargado del Laboratorio AntropoSIG, del CIESAS, presentó la ponencia “Herramientas de salida de SIRIDEH”. Amenamente expuso algunas de las formas en que puede utilizarse la información recopilada por el mencionado proyecto en su base de datos, para hacer georeferenciación y trazar trayectorias, daños y escenarios con base en datos sociales y técnicos.
Después de un receso inició la etapa del taller de resultados y propuestas de tesis. La primera exponente fue la licenciada en Comunicación Carmen Islas Lobato, quien presentó una síntesis de la metodología y resultados de la tesis titulada “Diseño de un sitio en línea para la difusión y divulgación científica del Proyecto ‘Los huracanes en la historia de México. Memoria y Catálogo’”, la cual desarrolló como becaria de tesis durante un año. A ella le siguieron las recién egresadas Xiomara Espinosa López y Gabriela Barajas Ceballos, quienes han realizado la tesis de Licenciatura en Periodismo llamada “Análisis discursivo de las noticias asociadas a ciclones tropicales y otros fenómenos hidrometeorológicos, publicadas en el Ecos de la Costa entre los años 1930 y 1955”. Cabe mencionar que este documento compartido será defendido en examen de grado en próxima fecha. Y para concluir las actividades del primer día la licenciada en Antropología Emma Ruíz presentó su propuesta de tesis de Maestría en Antropología Social, la cual desarrollará en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), relacionada con el Proyecto “Los huracanes en la historia de México. Memoria y Catálogo”.

Segundo día
En el segundo día del taller, el maestro Raymundo Padilla Lozoya, Co-Responsable del Proyecto y Responsable de Región, expuso las metas y avances de investigación que se han logrado en la Región Pacífico Centro, durante el primer año de trabajo en los estados de Colima, Jalisco y Michoacán. El maestro Raymundo Padilla Lozoya explicó que la información obtenida hasta el momento proviene de diversos repositorios como la Hemeroteca Nacional de México, el Archivo General de la Nación y los archivos Municipal y Estatal de Colima. Al final de la presentación expuso algunos ejemplos de huracanes registrados en documentos entre los siglos XVI y el XXI y datos cuantitativos de esos fenómenos que permiten identificar patrones de recurrencia.
Posteriormente la maestra en Ciencias en Medio Ambiente y Desarrollo Integrado Myriam de la Parra, Coordinadora Técnica del Proyecto, de cada uno de los talleres y además Co-Responsable de parte de la Región Pacífico-Sur, que incluye a los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, presentó la metodología para la recopilación de información y los registros de huracanes obtenidos para el estado de Guerrero. De manera similar, la maestra en Antropología Jimena Cuevas Portilla, también Responsable de la Región Pacífico-Sur, en los estados de Oaxaca y Chiapas, presentó la información obtenida en diferentes repositorios donde han encontrado datos de la mitad del siglo XIX hasta 1933. Además han trabajado en la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, donde revisaron todos los periódicos de los estados de Oaxaca y Chiapas. Al final de las exposiciones enlistaron las tareas pendientes por región para el segundo año y las respectivas metodologías.
La doctora Gabriela Vera, Responsable de la investigación en la Región Golfo, expuso algunos problemas que tuvo con las fichas al momento de vaciar la información obtenida que se relaciona principalmente con el siglo XX. En esta región que comprende los estados de Tamaulipas y Veracruz, la información obtenida se comparó con la base de datos de la página de Internet http://weather.unisys.com/, donde se enlistan los huracanes que han entrado a cada estado o pasado cerca. Se reconoció que falta mucha información por recopilar, pero que en un cálculo aproximado de cuatro meses se tendrán los resultados de huracanes en el siglo XX.
Para concluir los reportes de avances por región, los licenciados Mauricio Segovia y Jorge Luis López, colaboradores en la Región de la Península de Yucatán, cuya Responsable es la doctora Paola Peniche (quien no pudo asistir) expusieron los datos de huracanes encontrados durante el primer año. El antropólogo social Mauricio Segovia expuso los ciclones que tiene registrados en fichas y expuso las tareas pendientes. Por su parte, el historiador Jorge Luis López presentó avances del primer año en la revisión hemerográfica, documental y bibliográfica del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX.
Por la tarde del segundo día las actividades se enfocaron en exponer algunos problemas y posibles soluciones del Sistema de Información sobre Riesgo y Desastres/Huracanes (SIRIDEH). Se otorgaron a cada Responsable de Región unos minutos para que exponer problemas presentados con el sistema. Las respuestas y soluciones fueron registradas por el ingeniero en Sistema Álvaro Vadillo, encargado del SIRIDEH, quien se fijó un plazo de 10 días para atender peticiones, entregar resultados y dar por terminado el desarrollo del SIRIDEH.
Para concluir el segundo día de actividades, el maestro Raymundo Padilla y la maestra Myriam de la Parra, presentaron la guía metodológica SIRIDEH a la cual se le hicieron algunas modificaciones a peición de los coordinadores y colaboradores de cada región.

Tercer día
En el tercer día de trabajo, se realizó una lluvia de ideas para imaginar y planear las salidas de la información recopilada en la base de datos SIRIDEH. Todos los Responsable de Región y colaboradores participaron aportando ideas según sus experiencias y posibilidades con base en las características que presenta la información recopilada. Como cierre se hizo una exposición general de pendientes, metas que se deben alcanzar en el segundo año y actividades específicas para lograrlo.
Al concluir el taller, los coordinadores Virginia García Acosta, Raymundo Padilla Lozoya y Myriam De la Parra entregaron constancias de participación a cada uno de los integrantes del Proyecto. La doctora Virginia García Acosta agradeció la presencia de todos, los invitó a continuar con la investigación y cumplir los objetivos propuestos. Finalmente todos partieron en automóvil a sus lugares de origen.

Para ver imágenes del 2do taller, visitar http://www.flickr.com/photos/raypadilla/

sábado, 2 de octubre de 2010

Presentan resultados de tesis asociadas con el proyecto Los huracanes en la historia de México, Memoria y Catálogo




Foto1: De izquierda a derecha Ana Gabriela Barajas Ceballos y Xiomara Espinosa López, egresadas de la Licenciatura en Periodismo de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. (Foto Beatriz Bracamontes Ceballos)

Foto2: Licda. Carmen Alicia Islas Lobato, egresada de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad de Colima, exponiendo su tesis. (Foto Beatriz Bracamontes Ceballos)

Durante los días 27, 28 y 29 de septiembre se llevó a cabo en Cuernavaca, Morelos el segundo taller del proyecto Los huracanes en la historia de México, Memoria y Catálogo, en el cual egresadas de las licenciaturas de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima expusieron sus resultados de tesis vinculadas con el mencionado proyecto.

Carmen Alicia Islas Lobato, egresada de la Licenciatura en Comunicación habló la metodología y las conclusiones de la tesis que lleva por título Diseño de un sitio en línea para la difusión y divulgación científica del proyecto Los huracanes en la historia de México. Memoria y Catálogo. Cabe mencionar que esta tesis ya fue defendida y aprobada el 4 de junio de 2010, por lo cual se tituló Islas Lobato.

Xiomara Espinosa López y Ana Gabriela Barajas Ceballos, egresadas de la Licenciatura en Periodismo, realizaron en colaboración la tesis Análisis discursivo de las noticias asociadas a ciclones tropicales y otros fenómenos hidrometeorológicos, publicadas en el Ecos de la Costa entre los años 1930-1955. Este trabajo será presentado para su defensa en próximas fechas.

Ambas tesis han sido dirigidas por el profesor e investigador de la Universidad de Colima Raymundo Padilla Lozoya, quien co-coordina el proyecto Los huracanes en la historia de México. Memoria y Catálogo, que dirige la doctora Virginia García Acosta, directora general del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. (CIESAS).

El 2do taller fue organizado para evaluar los avances del proyecto en su primer año de tres y mostrar los primeros resultados. Es oportuno mencionar que las egresadas de Comunicación y Periodismo fueron becarias durante un año para realizar su tesis relacionada con el proyecto mencionado. Y además Xiomara Espinosa López y Ana Gabriela Barajas Ceballos también realizaron una estancia de seis semanas en el CIESAS DF, con recursos del programa “Veranos por la Innovación en la Empresa” financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Estos logros fueron posibles gracias a las gestiones de los coordinadores del proyecto, pero sobre todo debido al buen desempeño y motivación de las estudiantes durante su proceso formativo en las asignaturas de Seminario de Investigación I y II.

sábado, 25 de septiembre de 2010

II Taller del proyecto Los Huracanes en la Historia de México. Memoria y Catálogo (Etapa 2 Desarrollo)


27-28 y 29 de

Septiembre de 2010






Hotel Misión, Cuernavaca

Galeana 29, Col. Acapatzingo, Código postal 62440 Cuernavaca, Morelos Teléfono:777-228-0923ax:777-318-3066

PROGRAMA

DIA: LUNES 27

LUGAR: CIESAS Juárez #87, Tlalpan, D.F.

9:30- Salida en grupo

LUGAR: HOTEL - SALÓN DE SESIONES

11:30–12:00 Llegada y reparto de habitaciones

12:00–12:30 Bienvenida a los participantes, introducción al II Taller y presentación de los invitados- Dra. Virginia García Acosta y Mtro. Raymundo Padilla Lozoya.

12:30-18:00 SESIÓN CONFERENCIAS

12:30–14:00 Principales resultados del Proyecto “Tropical Cyclones: Current Characteristics and Potential Changes Under a Warmer Climate”, Dra. Graciela Binimelis- CCA-UNAM (60 minutos de exposición y 30 min de preguntas)

14:00–16:00 Comida

16:00–17:00 Resultados preliminares de tesis de doctorado “Profundización rápida de Ciclones Tropicales en el Pacífico Nororiental Tropical: su relación con Vórtices Oceánicos”, Mtro. Fernando Oropeza Rosales- CCA-UNAM (40 minutos de exposición y 20 de preguntas)

17:00–18:00 “Herramientas de salida de SIRIDEH: AntropoSIG”, Israel Hinojosa- CIESAS (40 minutos de exposición y 20 de preguntas)

18:00–19:30 SESIÓN DE RESULTADOS Y PROPUESTAS DE TESIS

18:00–18:30 Tesis de Licenciatura en Comunicación “Diseño de un sitio en línea para la difusión y divulgación científica del Proyecto Los huracanes en la historia de México. Memoria y Catálogo”, Lic. Carmen Islas (20 minutos de exposición y 10 de preguntas)

18:30–18:50 Receso

18:50–19:25 Tesis de Licenciatura en Periodismo “Análisis discursivo de las noticias asociadas a ciclones tropicales y otros fenómenos hidrometeorológicos, publicadas en el Ecos de la Costa entre los años 1930 y 1955”, Xiomara Espinosa y Gabriela Barajas (25 minutos de exposición y 10 de preguntas)

19:25–20:00 Propuesta de Tesis de Maestría en Antropología Social, Lic. Emma Ruíz (20 minutos de exposición y 15 de preguntas, comentarios y recomendaciones)

20:00 Cena

DIA: MARTES 28

LUGAR: HOTEL – SALÓN DE SESIONES

08:00–09:00 Desayuno

09:00-14:00 SESIÓN DE AVANCES POR REGIÓN (Recopilación de datos)

09:00–10:00 Mtro. Raymundo Padilla (Pacífico Centro)

10:00–10:40 Mtra. Myriam de la Parra (Pacífico Sur: Guerrero)

10:40–11:40 Mtra. Jimena Cuevas (Pacífico Sur: Oaxaca y Chiapas)

11:40–12:00 Receso

12:00–13:00 Dra. Gabriela Vera (Golfo)

13:00–13:30 Lic. Mauricio Segovia (Región Península 1)

13:30–14:00 Lic. Jorge Luis López (Región Península 2)

14:00–16:00 Comida

16:00–19:30 SESIÓN SIRIDEH (Problemas y soluciones: estado actual)

16:00–16:10 Región Pacífico Centro

16:10–16:20 Región Pacífico Sur: Guerrero

16:20–16:30 Región Pacífico Sur: Oaxaca y Chiapas

16:30–16:40 Región Golfo

16:40–16:50 Región Península 1

16:50–17:00 Región Península 2

17:00–18:00 Respuestas y soluciones del Ing. Álvaro Vadillo

18:00–18:20 Receso

18:20–19:30 Guía metodológica y Acuerdos SIRIDEH, Mtro. Raymundo Padilla y Mtra. Myriam de la Parra

19:30 Cena

DIA: MIÉRCOLES 29

LUGAR: HOTEL - SALÓN DE SESIONES

08:00–09:00 Desayuno

09:00–10:00 SESIÓN SALIDAS DE SIRIDEH

09:00–10:00 Salidas de la información de SIRIDEH (lluvia de ideas y acuerdos)

10:00–10:20 Receso

10:20–13:30 SESIÓN PROSPECTIVA DEL PROYECTO

10:20–12:00 Alcance de metas, exposición de pendientes y actividades para alcanzar las metas propuestas (10 minutos por región).

12:00–13:30 Recuento de ACUERDOS (cronograma)

13.30–14:00 Check Out- entrega de habitaciones

14:00–16:00 Comida

16:00 Regreso a casa

Discurso y cifras en el desastre de muertes masivas en el Estado Vargas de 1999


Por: Xiomara Espinosa López *

En conferencia realizada en la sede del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) sede DF el antropólogo e historiador Rogelio Altez, mostró los resultados de su investigación titulada “Muertes bajo sospecha. Discusión acerca del número de fallecidos en el desastre de 1999 en el Estado Vargas en Venezuela”.

El acto comenzó con la presentación del conferencista, la cual estuvo a cargo de la Dra. Virginia García Acosta, directora general del CIESAS, quien proporcionó datos del currículum del ponente e hizo algunos comentarios a los trabajos publicados, después cedió la palabra al antropólogo quien dio inicio con su conferencia.

Rogelio Altez señaló que “este trabajo es el resultado de una aproximación cualitativa de convivencia con la zona de desastre, yo vivo en Estado Vargas y además soy parte de los sobrevivientes de la tragedia, de forma tal que además de lo que implica la ironía de parecer un desastre siendo especialista en el tema, implica también un proceso indivisible e ineludible de una lectura cotidiana permanente y una convivencia con el contexto que de una forma u otra van alimentando interpretaciones y esto es ciertamente el resultado de esta aproximación etnográfica a un contexto que de una forma u otra está todos los días lanzando variables para que uno pueda aproximarse a él”.

LAS RAZONES PARA INVESTIGAR

El Mtro. Altez consideró que para el desarrollo de la investigación, en primer lugar existió un criterio etnográfico, pero que al mismo tiempo es cualitativo, ya que parte de un proceso cotidiano de convivencia con el contexto.

La segunda variable que impulsó el trabajo, fue el hecho de que existen dudas razonables ante la disparidad de las cifras presentadas, “puesto que no estamos hablando de kilos de papas sino de personas”, comentó.

También explicó que “existió un criterio técnico práctico que tiene que ver precisamente con una observación propia del proceso mismo de los aludes torrenciales, es decir, una lectura a partir del razonamiento sobre los momentos del evento. Estas reacciones pueden ser la respuesta inmediata de las personas frente a lo que podemos llamar desastres de impacto súbito”. Para el maestro Altez lo importante fue “ver en qué medida lo súbito ha permitido que una respuesta de la gente pueda inclusive servir de mecanismo de defensa”.

La variable que tuvo más peso para Altez al momento de realizar la investigación fue “la necesidad analítica de comprender críticamente los desastres de muertes masivas, es decir, aquello que hemos catalogado o que ha sido catalogado incluso técnicamente como desastres de muertes masivas, parece estar asociado a cifras que no necesariamente corresponden con la noción de masiva o de gran cantidad de muertes”.

RECURRENCIA

Una vez explicadas las principales razones por las que se hizo la investigación el maestro, se refirió a que éste tipo de eventos tienen una recurrencia y que la región convive todo el tiempo con esta repetición de la amenaza, “evidentemente la cotidianidad de este tipo de eventos da cuenta de que la región convive con una amenaza que se repite y se repite además en forma desastrosa”. Para ejemplificar esto expuso algunos antecedentes hemerográficos del siglo XX, donde incluso hay otras evidencias de que se van repitiendo, “como el manejo de los medios de comunicación, en donde de una manera u otra aparecen las mismas cosas inclusive el tipo de titular”. Aquí se hizo un paréntesis para mencionar el manejo de la información que hacen los medios de comunicación, los cuales ya se van aproximando a un manejo contemporáneo del desastre como consumo.

Uno de los eventos donde el conferencista hizo énfasis fue el de 1951, ya que es mucho más emblemático porque es de una forma u otra el que se mencionó y se repitió, “ya no es solamente que ocurrió en el 51, sino que es emblemático por el hecho de que fue un deslizamiento que obstruyó la entonces carretera entre Caracas y la Guaira, que era el único medio de comunicación posible, dejó incomunicada la capital, disparó la construcción de la autopista Caracas- La Guaira que se hizo en dos años, la autopista inaugurada en 1953 fue la obra de ingeniería más cara del mundo en ese momento, y además también es importante que se haya disparado por un desastre eso es muy significativo”, añadió.

Continuando con la conferencia, el especialista en historia de los sismos y los desastres, expresó que la lectura de términos absolutamente técnicos, como los aludes torrenciales, va a ser un “argumento fundamental para comprender la respuesta de la gente y para también comprender en los razonamientos sobre el número de muertes. Además la idea de que la conformación de los flujos de sólidos tiene tiempos y momentos dentro del evento”.

CONTEXTO

Rogelio Altez expresó que algunas características contextuales del evento de 1999 también nos permiten comprender parte de los razonamientos de la gente. “Una lectura técnica también nos ayuda a comprender estas respuestas de la gente, es decir, todo este proceso de lluvias que además van llenando el cauce, hace que la gente sobre todo la gente que vive cerca pues observe que está pasando y se retire, nadie se queda esperando, mirando hasta que se lo lleva una piedra por delante y esto fue un comportamiento que pudo observarse in situ, la gente dice bueno ya hace muchas noches que esto se está anunciando, la gente no dormía en la casa sino que se retiraba y en el momento del alud pues la gente ya estaba mucho más retirada de manera que evidentemente son escasos los casos de gente que se quedó en el lugar”.

Además agregó “las características contextuales del 99 son determinantes para comprender lo que estamos tratando porque se trata de un contexto histórico diferente a los anteriores acontecimientos desastrosos, en tanto que en 99 hay una mayor cantidad de población, lo cual implica que los cauces encuentran mayor ocupación y mayor efecto, hay mayor desarrollo de viviendas y urbanismo, obviamente hay mayor vulnerabilidad; y sobretodo y quizá sea determinante el evento encuentra una coyuntura política conflictiva, lo cual impacta sobre el trato a la emergencia y sobre todo el discurso que se elabora sobre la emergencia y a partir de la emergencia”.

LAS CIFRAS

En cuanto al número de pérdidas en cifras Altez dijo “La magnitud del evento en cifras, indica que el Estado Vargas, fue dañado en más de 2 mil millones de dólares, y estamos hablando que de todo el estado Vargas solo tres entidades fueron las más golpeadas”.

Esta cifra estimada es importante para el razonamiento sobre las muertes que se dijeron había causado el fenómeno “les puedo señalar que las tres entidades más afectadas de todo el litoral donde se impactó, tenían para el momento del 99 la mayor de ellas 35 mil habitantes, otra mil y otra 18 mil, es decir estamos hablando de que cuando calculamos un número de víctimas de 50 mil en un Estado que tenía 300 mil habitantes, en donde sólo tres parroquias fueron afectadas ya esto nos da cuenta de una falta de por lo menos racionalidad en términos de lo que implica la logística”.

El conferencista puso como ejemplo lo siguiente “para entender sistemáticamente de qué estamos hablando, decir que hubo 50 mil muertos en una parroquia que tiene 30 mil es quizá bastante exagerado al mismo tiempo que hablamos de un porcentaje promedio de personas desplazadas, es decir, prácticamente una persona por vivienda alcanzó a ser movilizada desplazada de la región, de una región de 300 mil habitantes casi 80 mil personas fueron desplazadas”.

EL DICURSO COMUNICACIONAL

Dentro de lo que implica los impactos y los efectos del discurso comunicacional y la opinión pública de inmediato, los medios de comunicación manejaron el impacto como una tragedia capital, algunos de los ejemplos que el expositor utilizó fueron los titulares de algunos medios, que publicaron por ejemplo “dos mil desaparecidos tras las lluvias” y otro que difundió “pérdidas humanas incalculables”. Ante estos ejemplos indicó que “todos estos titulares de alguna forma van construyendo una perspectiva al respecto, que se alimentan además de la opinión oficial, pero al mismo tiempo van generando una misma masa discursiva”.

Dentro de este discurso comunicacional, como lo menciona Altez, los medios de comunicación manejaban diferentes cifras, que en ocasiones se contradecían, por ejemplo un titular que dice: “Urnas y fosas insuficientes para sepultar víctimas”, pero en un recuadro dice “personas fallecidas 250”, mientras que por otro lado hablan incluso de 7 mil desaparecidos”; este manejo de la información refleja una inconsistencia de los datos.

El investigador comentó que realizó una sistematización de las declaraciones, las cuales muchas de ellas las realizaron los responsables que son personajes públicos y que señalaban que el número de muertes era incalculable, más de 100, 250, 25 mil, 30 mil sepultados. “En ese momento, George Weber, que era presidente de la Cruz Roja internacional dijo que 50 mil. Ese fue el tope, interesante lo que hizo este personaje pues llegó al aeropuerto, se montó en un helicóptero, hizo sobrevuelo, se bajó del helicóptero y dijo -50 mil-. Entonces la estrategia seguramente fue haber visto ruinas. Como el impacto del desastre fue realmente muy conmovedor por la destrucción material, este personaje debió haber calculado por metro cuadrado cuántas personas podía haber. Es el número que menciona el discurso público, el máximo, el tope, la banda, no hay cifra oficial, oscila entre 15 y 50 mil lo que se ha dicho”.

Estas relaciones cuantitativas que se propusieron, que además estaban infladas con los números de desplazados realmente contribuyeron solamente a la magnificación de los cálculos pero nunca un cálculo ni una estimación sistemática ya que “son declaraciones que se hacen sin ningún tipo de herramientas y sin ningún tipo de perspectiva, es decir no hay tampoco la voluntad de ver cómo vamos a calcular esto, sino que de una vez empiezan las declaraciones y esto tampoco no está divorciado de lo que podemos observar como intereses al respecto. Y que con todo esto surgen un montón de dudas razonables que impulsaron la investigación, como decíamos a partir de estas aproximaciones y observaciones etnográficas se da cuenta de que es un disparate”, declaró Altez.

APROXIMACIÓN CUALITATIVA

Desde una aproximación cualitativa, Altez explicó que se pudieron hacer tres grandes preguntas a la gente, la primera ¿cuántas personas fallecieron en tu entorno familiar? Y la respuesta en prácticamente todos los casos, ninguna. La segunda ¿cuántas fallecieron en tu zona de residencia? Las respuestas fueron, -no pues ninguna afortunadamente-. La tercera ¿cuántas personas crees que murieron? -25 mil-.

Para la investigación esto fue realmente muy sorprendente, “el impacto del discurso independientemente de las fuentes y cómo se construyó crea una representación al respecto, -aquí hay 25 mil muertos o 30 mil o 15 mil, aunque no sea testigo de ninguno-”. Esto además implicó el desarrollo de búsquedas en fuentes de información, lo cual llevó a Altez al Archivo de las Medicaturas Forenses, especialmente la de Caracas, “sobre todo a partir del hecho de que a la Medicatura Forense fueron a parar todos los cuerpos rescatados y a partir del hecho de que en el caso de los desastres el levantamiento de los cadávere no se hace sin registrarse formalmente, para eso acompañaron en la labor de las medicaturas personas del Ejército Nacional, bomberos, defensa civil inclusive personajes del Ministerio Público. Aún cuando pensemos que las fuentes de la medicatura forense son confiables la mayoría de la gente inclusive insiste en que -si no se encontró el cuerpo es que está en el mar, fueron a parar al mar o están sepultados en algún lado-, de alguna manera u otra para la gente tenía que haber miles de muertos.

RESULTADOS

En las Medicaturas Forenses, el total de cadáveres rescatados fue de quinientos veintiuno, asegura Rogelio Altez, “de ellos hay 290 no identificados, más 231 identificados, en total de desaparecidos a partir de las denuncias de las personas y de la prosecución de esas denuncias, el seguimiento a esas denuncias terminó totalizando 331 desaparecidos. Entonces en la totalización simple si sumamos esta dos cosas me da 852 solamente, y sumando esto podemos pensar que hubo 852 muertos, no obstante esto hay que leerlo con más cuidado”.

Altez agregó que “El número de 521 cadáveres hallados es la actualización de todos estos cuerpos que fueron registrados en protocolos de identificación en las morgues. Conseguir estos protocolos en literalmente montañas de papeles asociados con las fotos de los cadáveres y hubo que ordenarlos y hacer un trabajo de rearchivación lo cual nos llevó a hacer las listas finales”.

Otro aspecto que conduce a la reflexión en la investigación, es el hecho de que “como en la mayoría de los casos la sociedad venezolana es cristiana, que además es practicante de su religión. Entonces, si pensamos en miles de muertes hablamos de cientos de miles de dolientes, esto ni siquiera tuvo un reflejo subjetivo y tampoco tuvo un seguimiento al respecto”.

El maestro Altez hizo también la reflexión relacionada con los intereses que se manejan al respecto, “ya que el entonces Cuerpo Técnico de Policía Judicial, 6 o 7 meses después tenía una lista que indicaba haber rescatados 382 cadáveres, mientras se hablaba de los 50 mil. Una de las acciones positivas que se hicieron fue la de colocar las fotos de los restos hallados para que los familiares fueran a identificarlos, pero lamentablemente dos días después fueron retiradas”.

Como un resultado de la investigación, Altez señaló que se elaboraron varias listas, “por ejemplo la lista de víctimas fatales, es decir de restos hallados, pero que nunca fueron publicadas. Hay una la lista que tiene un número correlativo, el número de protocolo de caso de estudio, la fecha del estudio, el nombre si es que tiene o si no fue identificado, la edad aproximada, el sexo, la causa de muerte que está codificada; hay diez tipos de muerte que están codificadas al final, la procedencia, es decir de dónde fue traído el cuerpo y el lugar de entierro, si fue entregado a sus familiares o si fue enterrado en algún lugar del cementerio con código”.

También Altez elaboró una lista de desaparecidos, que se hizo a partir de las denuncias que aparecen en la fiscalía general y que están las copias de esas denuncias en las morgues, “porque con el desaparecido que está en la morgue hay un nexo donde la gente podría ir a buscarlos. También se hizo con el correlativo, el nombre, la edad, el sexo y el lugar donde pudo haber desaparecido”.

En las reflexiones Altez notó que “la edad de los desaparecidos en este caso son todos muy jóvenes, inclusive niños”.

CONCLUSIONES

En cuanto a las conclusiones Rogelio Altez dijo, “podemos decir que por un lado tenemos estos 521 cuerpos, más 331 desaparecidos que me lleva pues a la suposición en una sumatoria simple de que solamente hubo 852 personas fallecidas. Concediendo una factibilidad no absoluta de posibilidad, es decir pensando que bueno esta relación pues no necesariamente es total y absoluta podemos pensar en una probabilidad no estadística de más o menos 700 muertos en total, la diferencia es abismal, pero es el resultado de una aproximación sistemática, de una investigación sobre todo a partir de las fuentes más confiables, y sobre todo y me parece esto fundamental de esta aproximación etnográfica y cualitativa al contexto del desastre”.

Las elevadas cifras que se lanzaron tanto en la opinión pública como para la representación de la gente contribuyen a la ayuda material internacional. “Un desastre de 200 kilómetros de destrucción no es lo mismo que un desastre de 50 mil muertos aunque sea la misma destrucción material, lo que conlleva a la ayuda material es que tenga elevado número de muertos, de manera que aquí implica el interés de sostener el elevado número de muertos y de no hacer nada al respecto para poder sistematizar las cifras”.

Altez indicó que “En Venezuela todavía no se han desarrollado o adquirido técnicas o estrategias para tratar desastres de muertes masivas, esto no es una ganancia ni una convención a nivel internacional, pero existen metodologías sobre todo a partir del tsunami del Sur Asiático, que permiten atender esto de una forma metodológica y segura. Sin embargo si pensamos que las ayudas internacionales manejan miles de millones de dólares y de euros, pues yo creo que va a ver muy poco interés en hacer de esto algo sistemático”.

Altez mostró su preocupación y dijo “Por otro lado el número de muertes no puede seguir siendo utilizado como una escala apreciativa de desastres, no podemos seguir hablando de un desastre de 300 mil muertos. Yo creo que esto nos conduce a todos los desastrólogos a hacer investigaciones para precisar estas cosas y para entender en qué contexto se construyeron estas cifras y éstos discursos”.

También destacó “que los familiares de las víctimas tanto de desaparecidos como de fallecidos, tienen el derecho de contar con una respuesta formal, pues es parte de la dignidad humana que no siempre está siendo atendida en estos casos y que ojalá en algún momento al menos a partir de esto pudieran sensibilizar a las autoridades al respecto”.

Como a modo de reflexión final dijo que “En el Estado Vargas no existe una posición oficial frente al número de fallecidos, ya que el tema se dio por cerrado”. Y concluyó agradeciendo a “todos los colegas que son antropólogos físicos vinculados a la morgue, que también colaboraron con esto, en lo que fue la sistematización de la información. Yo siempre dedico este trabajo a los fallecidos y a los desaparecidos, a la memoria de ellos y sobre todo a los familiares que han tenido dolientes”, finalizó.

Después se dio paso a una serie de preguntas y respuestas y luego se dió por concluida esta conferencia.

* Xiomara Espinosa López es estudiante de la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de Colima, participa en el programa Verano de Innovación con la Empresa 2010 y es tesista becaria del proyecto Los huracanes en la historia de México: memoria y catálogo.

lunes, 2 de agosto de 2010

Riesgo y pobreza en un clima cambiante, ponencia de Andrew Maskrey en CIESAS









Imagen1: doctora Virginia García Acosta, directora general del CIESAS, presentando al doctor Andrew Maskrey
(Foto Myriam De la Parra)
Imagen2: Andrew Maskrey (Foto Myriam De la Parra)
Imagen3: Público asistente a la ponencia (Foto Myriam De la Parra)
Imagen4: Detalle durante la ponencia (Foto Myriam De la Parra)


Por: Xiomara Espinosa López *
En el marco del proyecto CONACYT “Los Huracanes en la Historia de México. Memoria y Catálogo”, se realizó en la sede del CIESAS-DF la conferencia titulada “Riesgo y pobreza en un clima cambiante”, impartida por el coordinador del Informe Global de Reducción de Riesgos de las Naciones Unidas, doctor Andrew Maskrey.
La conferencia inició con unas palabras a cargo de la doctora Virginia García Acosta, directora general del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), quien mencionó que en el CIESAS se tiene ya una larga tradición de más de 20 años trabajando el tema de desastres, riesgos y vulnerabilidad, particularmente asociados con amenazas naturales. Agregó que en el CIESAS se realizan estudios e investigaciones en estas temáticas desde la antropología y la historia.
Antes de cederle la palabra al conferencista, la doctora Virginia García Acosta resumió los trabajos y responsabilidades que ha tenido Andrew Maskrey y destacó su gran experiencia en el tema de riesgos, ya que actualmente él es, en Naciones Unidas, el coordinador del Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (IEGRRD) en la edición del año 2009.
Andrew Maskrey inició con algunas palabras de agradecimiento hacia la doctora Virginia García Acosta y al CIESAS por facilitar la presentación. Luego el conferencista anunció que mostraría el IEGRRD, mismo que ya fue presentado por Ban ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas, en mayo de 2009. Anteriormente ya habían salido algunos informes globales sobre el tema de riesgos publicados por el Banco Mundial y otro por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pero en 2006 todas las agencias de Naciones Unidas decidieron ponerse de acuerdo para que este informe saliera en conjunto.
A modo de introducción el doctor Andrew Maskrey comentó que desde el lanzamiento del informe en todo el mundo se han realizado cerca de 23 presentaciones en distintos países, para distintos tipos de público, “eventos como estos son muy importantes para nosotros, porque uno no hace un informe para que se quede en la biblioteca, sino realmente para entrar en debate y entrar en polémica con el público y con los países en distintas partes del mundo”.
El conferencista explicó que el informe es útil para cualquier persona que trabaje en el tema, porque expone datos globales que rodean el desarrollo social y económico; que además vienen a ser magnificados por el cambio climático.
Para contextualizar las acciones que están realizando los países en el tema de reducción de riesgos, Andrew Maskrey mencionó que en el año 2005 hubo una reunión global en Japón y 168 estados miembros de la ONU ratificaron algo que se llama el marco de acción Hyogo para la reducción de riesgos. Maskrey explicó que más allá de un instrumento burocrático, lo importante es que por primera vez los países reconocen que el riesgo de desastres es un tema político. “Al ratificar el marco de Hyogo se pone en tema algo que dice que yo puedo como un estado, o reducir, o aumentar los riesgos, porque es un reconocimiento ya formal, que eso no es un problema de actos de dios, de eventos aleatorios, ante los cuales no se puede hacer nada”.
El contenido del informe básicamente está dividido en cuatro objetivos que Andrew Maskrey señaló: “Uno es reunir lo mejor de la información científica actual para identificar y medir los patrones y tendencias de riesgo a nivel global. El propósito no es tratar de llegar a un nivel de detalle, es realmente una visión global, de comparación entre países”.
El segundo objetivo es “tratar de identificar y mejorar nuestro conocimiento de los factores causales de riesgo, además de sus consecuencias para el desarrollo humano y económico”. El tercero es “evaluar el progreso de los países hacia los objetivos del marco de Hyogo, y para hacer el informe se realizó un trabajo bastante intenso con los mismos gobiernos, se logró que más de cien gobiernos hicieran una autoevaluación de sus avances hacia el marco de Hyogo”. Y como cuarto objetivo se “trataron de señalar algunas iniciativas de política que podrían superar las barreras identificadas”.
El doctor Andrew Maskrey dijo que para armar este informe se realizó un trabajo mancomudado con una serie de organizaciones científicas y técnicas, logrando elaborar un modelo global de riesgos, que parte de datos sobre amenazas. “Tomamos datos sobre huracanes, sismos, inundaciones, deslizamientos, tsunamis; también datos de exposición de la población y de los bienes económicos; incorporamos datos sobre las pérdidas a nivel global y se armó un modelo econométrico que funcionó haciendo una serie de regulaciones estadísticas con indicadores sociales y económicos de la vulnerabilidad”. Con base en estos datos, se puede estimar con cierto grado de certeza el nivel de riesgo de cada país.
Andrew Maskrey explicó que el modelo dio varios resultados con respecto a los riesgos. Primero que se tienen “dos miradas distintas al riesgo, que damos en el informe para cada una de las amenazas. Pero también que la distribución de riesgos es desigual entre grupos de países”. Por ejemplo, “se tomaron dos mapas del riesgo de mortalidad para ciclones tropicales para comparar dos países con más o menos la misma cantidad de población expuesta cada año. Y resultó que Japón, con un promedio de 22.5 millones de personas expuestas cada año y Filipinas con 16 millones expuestas cada año tienen distinta mortalidad. El modelo arrojó que en el caso de Filipinas, con menos personas expuestas, es 17 veces mayor que en Japón. Este es un ejemplo del tipo de relaciones presentadas en el informe para todas las amenazas”.
El ponente agregó que “el informe no sólo muestra que el riesgo está distribuido de manera desigual dentro de los países ricos y los países pobres, sino que la desigualdad es brutal. No es una desigualdad de decir dos, tres o cuatro veces más, estamos hablando de 50 o 100 veces más y eso es el tipo de factor subyacente que podemos ver”.
Otro ejercicio que se realizó con el modelo consistió en simular lo que está pasando con los niveles del riesgo, es decir, simular si está aumentando o está bajando a escala mundial. “Lo que el modelo arroja es que definitivamente el riesgo sigue aumentando. En términos de pérdidas económicas está aumentando mucho más rápido que las pérdidas de mortalidad, pero lo interesante de eso es lo que nos dice por qué. Básicamente lo que el modelo arroja [son] aumentos en la exposición cada vez mayor de las personas y los bienes en zonas donde suceden las amenazas. Además el modelo encuentra la vulnerabilidad muy ligada a los indicadores de desarrollo social en los países. Y en la medida que los indicadores de desarrollo social aumentan, la vulnerabilidad baja, sin embargo lo que está sucediendo es que la vulnerabilidad no está bajando a un ritmo suficientemente rápido para compensar el gran aumento de la exposición”, explicó Andrew Maskrey.
Con el informe también se puede ver cómo las pérdidas económicas afectan a distintos países, “Tomamos dos de las economías más grandes del mundo: Estados Unidos y la India, pero lo interesante es que uno es un país con altos ingresos y el otro es un país con bajos ingresos. Y la conclusión fue que en los países grandes realmente las pérdidas económicas tienen un efecto mínimo, a veces nulo, sobre lo que es el proceso de acumulación de capital. Cuando hay grandes desastres por lo general no pasa nada. En cambio, al otro extremo, agarramos un par de islas pequeñas: Santa Lucía en el Caribe y Samoa en el Pacífico y el impacto es brutal”.
Con este modelo de regresiones y de factores de vulnerabilidad se analizaron más de cuarenta variables sociales y económicas. De estas variables las que mejor explicaron el riesgo para casi tosas las amenazas fueron la pobreza medida por el producto per cápita y también el índice de gobernabilidad, que fue extraído del Banco Mundial. Según la explicación del doctor Maskrey, estas dos variables hacen que el modelo se vuelva interesante porque “por un lado se pueden ver países pobres que sin mejorar realmente la pobreza, habían hecho avances significativos de su institucionalidad para la reducción de los riesgos y por otro lado hay países donde uno ve que hay un crecimiento económico muy rápido pero no acompañado con mejoras en la institucionalidad, es decir que no hay códigos de construcción, planificación urbana y una serie de otras cosas donde se ve que el riesgo aumenta”.
En el caso de la mortalidad, se explicó que “está casi concentrada exclusivamente en los países de ingresos medio bajos, porque es donde existe el asunto de una urbanización bastante rápida creciendo mucho más rápido que las capacidades del estado para reducir los riesgos asociados con ese tipo de urbanización. Es en este punto donde entran en juego las dos variables: un poco de pobreza y de deficiencia, y un poco en la gobernanza”.
Como parte del proceso de elaboración del informe también se vio un estrato del riesgo que no está en las bases globales y tiene que ver con riesgos asociados con eventos pequeños y localizados, “pero de ocurrencia muy frecuente utilizando unas bases de datos que se llaman Desinventar. Se analizaron como unas doce bases de Asia principalmente y de América Latina y utilizando una técnica estadística bastante cruda pero efectiva, se observó la concentración de distintos tipos de pérdidas y se descubrió que la mayor parte de los muertos y de las pérdidas económicas directas están concentrados en muy pocos eventos que han ocurrido frecuentemente”.
“Con la técnica estadística que utilizamos para separar esos dos mundos categorizamos uno como riesgo intensivo y el otro como riesgo extensivo. Y utilizamos un umbral en la base de datos que a nivel municipal es de 50 muertos y 500 viviendas destruidas para diferenciar entre los dos. Sí, es arbitrario, pero fue lo que estadísticamente arrojó. Lo que hicimos fue con una muestra de 126 elementos, intentamos sacar unas tendencias estadísticamente válidas por un periodo de 20 o 30 años y lo que se ve básicamente es que sí hay un aumento en el número de eventos, sobretodo relacionados con inundaciones, torrenteras, inundaciones y lluvias, que además son bastante dramáticos más o menos desde principios de la década de los noventa. Luego siguen los incendios y las avalanchas, además hay un aumento también de los daños promedio por evento. Esos datos no están normalizados, pero la normalización que hicimos a groso modo mostraba que el aumento era mucho más que el incremento promedio de la población en los países”.
El conferencista precisó que probablemente haya un sesgo en la información, pero que se está consciente de ello. Además como observación dijo que se hicieron algunos ejercicios en unos países, que dieron como resultado que el sesgo afecta más las zonas rurales “sabemos que hay un sesgo, pero es muy difícil saber cuál es este sesgo, sabemos que posiblemente haya algo de cambio climático metido ahí, que es obviamente la primera conclusión que a la gente le gusta decir, pero es también en este momento muy difícil decir si hay y si es que hay ¿qué cosa representa? Porque tampoco hay datos sobre los cambios climáticos a un nivel de resolución que uno pueda comparar con esos datos que están a nivel municipal. Es muy difícil hacer una correlación”.
Para ver cómo éstas pérdidas retroalimentaban la pobreza y los indicadores de desarrollo humano, Andrew Maskrey mencionó que se hicieron una serie de 20 casos de estudios en diferentes países del mundo. “En el caso de México fue coordinado por Rodolfo de la Torre, cuyo resultado fue que en cualquier municipio donde había pérdidas por desastres por cualquier tipo, se mostraron efectos negativos en los indicadores de desarrollo humano y básicamente el municipio estaba más marginado. Si no me equivoco, hay un índice de marginación que entre más marginado el municipio, más agudos son los impactos y vimos prácticamente eso en todos los países que se hicieron los estudios, en Asia, África y en América Latina. Y creo que todo esto nos ayudó a reconstruir nuestro desastre, porque muchas veces pensamos que el desastre es mortalidad en el momento, o que solo es destrucción de viviendas y nos olvidamos de muchos impactos en los indicadores sociales, como impacto en la nutrición, en la mortalidad infantil, distintos indicadores de educación, de salud y en la misma pobreza y con efectos en algunos casos donde había datos longitudinales que uno podía ver efectos que duraban a veces en el tiempo cinco o diez años, en una población afectada por un desastre o en un hogar”.
Otro caso que se tomó en cuenta en la elaboración del informe fue mirar medios de vida rurales vulnerables, sobre todo frente a las sequías y las inundaciones, “En esta parte vimos realmente la capacidad o más bien la poca capacidad de los hogares rurales para absorber pérdidas y la poca resistencia a veces frente a la pérdida de cosechas, la pérdida de viviendas y la pérdida de infraestructura.”
Como último capítulo del informe se analizó el problema del declive de los ecosistemas, que es la manera en como estamos haciendo desaparecer las zonas pantanosas, los manglares y los bosques, los cuales cumplen con funciones muy importantes en regular las amenazas, por ejemplo las inundaciones. “Esa parte de los datos fue tomada de una evaluación de los ecosistemas global que hizo Naciones Unidas en el 2005, que se llama Millennium Assessment Reports”.
Maskrey mencionó que uno de los temas más complicados fue el Cambio Climático, ya que como él mismo explicó, no se puede publicar un informe de Naciones Unidas en el año 2009 que no diga algo sobre Cambio Climático. El problema radica en qué es lo que se va a hacer con este cambio climático. “Una de las cosas que se hicieron fue un trabajo con la Organización Meteorológica Mundial. Se trató de armar lo que por lo menos hasta el año pasado fue la base de datos más completa sobre ciclones tropicales en el mundo, que confirmó algo que ya había sido publicado en una serie de documentos académicos mostrando que, si bien no había evidencia alguna para asegurar que el número de ciclones había aumentado con el tiempo, el número de ciclones muy fuertes (los de categoría cuatro y cinco) sí habían aumentado en el tiempo y sobre todo en años en que había evidencia de que la temperatura superficial del mar había aumentado”.
Según Andrew Maskrey esto quiere decir que para el informe, si las causas que están realmente empujando el riesgo son las que se mencionaron como el declive de ecosistemas, la urbanización descontrolada y medios de vida rural, lo que va a hacer el cambio climático es actuar sobre estos factores causales. Y si aceptamos que el riesgo está tan desigualmente distribuido entre países pobres y países ricos “básicamente la hipótesis que plantea este informe es que si el cambio climático magnifica el riesgo, también va a magnificar la desigualdad social del riesgo”.
Para completar el informe, Maskrey mencionó que se pidió a los países que hicieran una autoevaluación sobre el riesgo “En estas autoevaluaciones de los países vemos un avance relativamente importante en preparativos y respuesta, que se traduce en una reducción de la mortalidad, importante en muchos países. Es coherente con lo que vimos en el modelo de riesgos, cuando vimos que la mortalidad aumenta con menos rapidez que las pérdidas económicas. Pero lo que salió dramáticamente en todos los informes fue la incapacidad de los países para insertar la gestión de riesgos en los procesos de desarrollo. Y eso no fueron datos nuestros o invención nuestra, esos son cien informes de cien países que los mismos países nos entregaron”.
Maskrey resumió que “realmente vemos una serie de contrastes entre lo que está pasando con los patrones de riesgo y la capacidad de los países para manejar esos procesos. Y yo pienso que es una gran honestidad por parte de los gobiernos decirnos que no están por encima de eso. Tenemos la capacidad de salvar vidas, estamos mejorando los preparativos, la respuesta, los sistemas de alerta, pero mala suerte, no estamos por encima de los procesos de desarrollo, eso fue el mensaje que salió de estos informes”.
Una de las primeras conclusiones del doctor Maskrey, con base en el informe, fue que con el modelo de regresión supieron que “el riesgo a nivel global está concentrado muy intensivamente, osea que no está nada distribuido de una manera equitativa sobre la superficie de la tierra. Sino que está concentrado muy intensivamente. Y no es ninguna sorpresa que los países que concentran más riesgo son los países más grandes, ya que tienen la mayor cantidad de población expuesta”.
Otro de los mensajes finales fue que “debemos encontrar formas de repensar el tema a nivel del estado. No como al nivel de una institución dentro del estado, sino de una manera que podamos alcanzar esos factores subyacentes de riesgo. Y eso es necesario para reducir el riesgo y para lograr el famoso marco de Hyogo. Pensamos también que eso es crítico para alcanzar los objetivos del milenio, que son los objetivos de la reducción de la pobreza”.
Como tercera conclusión expresó “pensamos que actualmente se tiende a hablar de la adaptación al cambio climático y la reducción de riesgos como si fueran dos cosas distintas. Pero también podemos decir que otro de los mensajes principales del informe es que adaptarse al cambio climático también pasa por estos factores subyacentes de riesgo”.
Finalmente dijo: “Sabemos que hay un sesgo en los datos, pero no lo podemos medir. Sabemos que hay una influencia del Cambio Climático, pero no la podemos medir. Pero los factores como tipo de crecimiento de asentamientos urbanos marginales, declive de los ecosistemas y aumento en la vulnerabilidad de los medios de vida rurales, son factores que sí se pueden comprobar con bastante evidencia de cómo influyen en esa tendencia”.
El doctor Andrew Maskrey agradeció la atención prestada y dio por concluida su exposición. Luego se realizó una serie de preguntas y respuestas a las cuales respondió y una vez aclaradas las dudas, se dio por terminada la conferencia.

* Xiomara Espinosa López es estudiante de la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de Colima, participa en el proyecto Los Huracanes en la Historia de México. Memoria y Catálogo y en el programa Veranos por la Innovación en la Empresa.